De niños todos soñamos con ser uno de ellos, al menos por un rato. Los superhéroes conforman una mitología vigente al día de hoy; divididos entre Marvel y DC Comics, igual pueden leerse como unidad temática. Estos actores indiscutidos de la cultura pop, cimentaron un universo fantástico reflejado en cómics y, sobre todo, en el cine actual. De hecho, en una nota de 2021 la revista Forbes elaboró un ranking con los superhéroes más taquilleros del cine. El resultado no deja lugar a dudas, gran parte de la industria depende de ellos: Spiderman ocupa el primer lugar (USD 7.213.542.971), seguido por Batman (USD 6.072.549.025) y con Superman en tercer lugar (USD 2.554.837.548).
Camuflados entre una personalidad pública y otra privada, estos seres con superpoderes -o millones de dólares que le dan acceso a todo tipo de gadgets- poseen identificadores visuales propios e intransferibles: máscaras, símbolos, trajes, colores; elementos que los vuelven únicos, dotándolos de identidad frente a aliados y enemigos. Como todo sistema gráfico, este complejo ADN visual evoluciona con el tiempo, aggiornándose a climas de época y tendencias estéticas.
Yo quiero a mi bandera
Para remontarnos a sus orígenes, debemos viajar hasta 1938, año en el que Jerry Siegel y Joe Shuster marcarían un hito en esta historia: desde el lejano planeta Krypton, Superman llegaba a la Tierra. La fecha de su génesis no resulta casual, ya que este superhombre surge en tiempos de la Gran Depresión. Su figura, por lo tanto, era necesaria para levantar el decaído espíritu de la sociedad norteamericana.
Un año después Joe Simon y Jack Kirby darían vida al Capitán América. Un súper soldado que combatiría en la Segunda Guerra Mundial y cuyos fuertes eran la propaganda pro norteamericana y el antinazismo.
En 1941 aparece la primera superheroína: Wonder Woman. Su nacimiento no parece casual, ya que su creador William Moulton era un psicólogo adepto a las ideas feministas. Más tarde, en 1962, el inolvidable Stan Lee daría vida al intrépido arácnido más conocido como Spider-Man.
¿Qué tienen en común estos personajes que encarnan y defienden los valores norteamericanos?: todos lucen con orgullo los colores de su bandera.
Claro que vestuario y colores varían para cada héroe, de acuerdo a su identidad e historia. A veces basta con analizar los cambios en el look de un personaje para leer su evolución y, a la vez, el ánimo y la cultura de una época.
Batman, como pocos, evidencia estas variaciones: del pop, festivo y naif Batman (1966) a los justicieros híper violentos The Dark Knight (2008) y Batman v Superman: Dawn of Justice (2016).
En el medio, el polémico -al menos para los fanáticos del personaje- Batman & Robin (1997) de Joel Schumacher; ¿qué causó tanta indignación y revuelo?: el traje del hombre murciélago venía con pezones incluídos.
Batitrajes de Batman (1966), Batman & Robin (1997) y Batman v Superman: Dawn of Justice (2016)
Pero seguro no exista otro más original que el batitraje creado para Detective Comics #241, publicado en 1957. Si bien muchas relecturas actuales sugieren un apoyo a la comunidad LGBT, la realidad es que su icónico traje arcoíris respondió a necesidades argumentales: ayudar a Robin mientras se recuperaba de algunas heridas. Como sea, un hito multicolor.
El icónico traje arcoíris de Batman, único e irrepetible.
En cuanto a las heroínas -en tiempos de empoderamiento de la mujer- la figura de Wonder Woman resurgió con fuerza. Su vestuario actual presenta cambios notables, más ligados a destacar su perfil de guerrera amazona. Algo que resulta evidente si comparamos su golden armor utilizado en Wonder Woman 1984 (2020) con aquella vestimenta algo kitsch que supo lucir Lynda Carter.
La inolvidable Wonder Woman de Lynda Carter y el robótico golden armor.
La marca de la justicia
Otro elemento identitario fundamental es el logo, que tiene para estos personajes el peso de una marca. Su función, además de comunicar características del héroe, es resumir su esencia en un símbolo. Menos es más.
Y, tal cual sucede con las marcas, estos símbolos evolucionan sujetos a tendencias o necesidades de branding. Basta ver infografías que los recopilen para comprobarlo. De las primeras versiones donde predomina la ilustración a los últimos donde gana la síntesis y la experimentación formal. Está claro, ningún superhéroe quiere pasar de moda.
Evolución de los logos de Batman y Superman.
Por otro lado, estos logos cumplen otra función importante: presentar al héroe desde la sinécdoque, es decir mostrando una parte por el todo.
Algo a lo que suelen recurrir portadas de cómics, discos y afiches.
La parte por el todo, cuando el logo sintetiza al héroe.
Quizás el summum de la marca como síntesis -y elemento funcional a la trama- sea la Bati-señal: el propio logo alerta a Batman de que Ciudad Gótica necesita su auxilio.
Más recientemente, la serie The Boys (2019) llevó al límite -con ironía y lucidez- la explotación de la marca superhéroe. En su trama, una Liga de la Justicia amoral y violenta, responde a los intereses de una mega corporación. Esta mide en tiempo real el éxito de cada personaje en las redes y propone ajustes de branding que garanticen el éxito y las ganancias millonarias.
The Boys, amorales y sedientos de fama.
El color que cayó del cielo
Los colores no sólo cumplen una función identitaria. También reflejan crisis existenciales del héroe, cambios de personalidad o cumplen funciones especiales.
Así como Hulk evidencia su ira transformándose -cual Jekyll & Hyde- y mutando a color verde, en Spider-Man 3 (2007) Peter Parker, poseído por un simbionte extraterrestre, enfrenta una crisis personal y luce un traje oscuro (que además saca a relucir su lado vengativo y egoísta).
En algunas historias, Superman también viste de negro (un traje llamado The Recovery Suit), pero sólo cuando su poder se debilita. Mientras le otorga protección, este atuendo especial absorbe energía solar para acelerar su regeneración.
En este aspecto, el director Zack Snyder hizo una apuesta riesgosa: editó un corte de su película Justice League prescindiendo del color. En Justice League: Justice is Gray (2021) todos los personajes viran a tonos de gris. Algo que por un lado dota de dramatismo a las escenas, pero por otro sacrifica la paleta cromática que define históricamente a cada héroe.
Justice League: Justice is Gray (2021), héroes descoloridos.
Desde aquellas lejanas apariciones en tiras de diarios, pasando luego revistas, tv y cine, el universo superhéroes todavía equivale a oro en polvo (Disney lo entendió cuando en 2009 compró Marvel por USD 4.000.000.000). Cambian las modas, evoluciona la tecnología, pasan las generaciones, pero algo se mantiene intacto: el mundo aún los necesita y los superhéroes tienen mucho por contar. Y siempre con el diseño como aliado.
Bibliografía
– “La Doble Vida De Los Superhéroes – Del Comic Al Cine”, Revista Inrocks, 2013.
– “Súper Hollywood – Los héroes del cómic salvan el cine”, Juan Manuel Domínguez, Paidós, 2015
Notas
Spiderman vs. Superman, ¿qué superhéroe es el más taquillero?
https://forbes.es/lifestyle/94809/spiderman-superman-mayor-recaudacion-taquilla-marvel-dc/
Sebastián Vivarelli es Diseñador Gráfico egresado de la UBA (Universidad de Buenos Aires).
En 1996 publica uno de sus trabajos en el libro Pensamiento Tipográfico, editado por la
Cátedra Fontana, UBA.
En 2003 realiza el Posgrado de Actualización en Diseño Digital (PADD) en la UBA.
Paralelamente, realiza cursos de análisis cinematográfico con Angel Faretta, Sergio Wolf,
Javier Porta Fouz y Hernán Schell, entre otros.
Sus ensayos sobre cine y posters son publicados en sitios especializados como Cinescalas, A Sala llena y La Cueva de Chauvet.
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